
Los Live se dieron a conocer internacionalmente con éste magnífico disco y el single Selling The Drama. Un par de años antes los Nirvana y Pearl Jam habían descubierto al mundo que estar deprimido, llevar camisas de leñador y lucir perilla tipo Shaggy (si, el amigo colgado de Scooby-Doo) molaba un huevo, así que los buenos de Live se encontraron en el sitio y momento correcto para saltar al mainstream.
En su defensa, destacar que el single cómo tal, es buenísimo y que en el disco se encontraban también unas cuantas grandes canciones más, con lo que su asalto a los charts de todo el mundo, los festivales, la fama y el dinero era pan comido.
Poco tiempo después, su música se volvería apestosamente transcendental en el posterior Secret Samadhi y yo los mandaría a paseo, quedándome en este sobresaliente Throwing Copper.